Desde lo más profundo de la banalidad, nuestras autoridades agacharon la cabeza ante televisa, que vino a cambiarle el nombre a nuestra ciudad y a Bacalar; desde los más inhóspito del pensamiento grillo hubo una confabulación para imponer a un candidato “de unidad”, la mayoría nunca entenderá cómo es que llegó al poder; desde lo más triste de nuestras calles, la gente seguirá haciendo grandes filas en el Monte de Piedad, tan sólo para poder comer. Entonces y con la miseria entre sus manos, esa gente ira a su casa, se sentará en la sala para mirar algún programa de televisa, despertará para iniciar una nueva jornada laboral en su trabajo de gobierno y así, después de tantos y tantos años, verá hacia el pasado para encontrar que nada, nada ha cambiado.