Por el caño se fueron los reclamos de los trabajadores de cadenas nacionales como Aurrerá y Farmacias YZA –propiedad del grupo Femsa, que también administra las tiendas Oxxo– ante las autoridades del Trabajo, pues su titular, Catalina Portillo Navarro, regañó a los trabajadores y los envió de vuelta a la chamba advirtiéndoles que si realizaban paros o manifestaciones estarían fuera de la ley.
Un empleado de Aurrerá en Chetumal, desanimado por haber recibido 72 pesos por concepto de reparto de utilidades cuando el año pasado obtuvo mil 832 pesos, manifestó que los compañeros que encabezaron la rebelión originada por las ridículas utilidades desactivaron las movilizaciones porque no encontraron respaldo en la STyPS; por el contrario, les exigieron que dejaran de hacer olas y trabajaran normalmente mientras la empresa demostraba sus bajas percepciones.
Al parecer, Catalina Portillo ya dio por finalizado el asunto dando la razón a los pobrecitos dueños de la trasnacional Walmart y de la nacional Femsa, ampliamente conocidas por sus prácticas laborales abusivas.
El grupo Walmart, propietario de Aurrerá, arrastra un historial de irregularidades contra sus empleados en una larga lista de países, mientras que Femsa es el rey del “outsourcing” en México, esquema de contratación que aprovecha las lagunas legales para dejar a los trabajadores en completa indefensión.
A pesar de estos negros antecedentes, doña Catalina apapachó a los patrones y dio la espalda a los trabajadores, aplicándoles la ley, pero la ley de Herodes.