Internarse en La Sabana por caminos de difícil tránsito, es atreverse a conocer un rostro más de la capital del Estado, la ciudad de Chetumal.
Con una exuberante vegetación, sorprende a nuestros ojos el verde que predomina y contrasta con el cielo azul que se refleja en las aguas de la laguna.
«Teníamos muchos problemas con mi papá, por eso venimos aquí»
En la cotidiana labor de emprender el viaje sobre redes de pesca, la furtiva aparición de un lagarto, el vuelo de las garzas y cormoranes; va Lilí con su tercer hijo en el vientre, conduciendo su barcaza con gran maestría, a pesar de que su participación en la pesca ha disminuido para proteger al nuevo miembro de la familia.
Provenientes del Estado de Hidalgo, ella y su esposo decidieron cambiar de residencia por problemas familiares, llegaron dos años atrás con sus dos hijos a vivir en una humilde vivienda de madera a orillas de la laguna: su fuente de trabajo y alimento.
Lilí y los demás pobladores tienen el anhelo de que el gobierno cumpla la promesa de otorgarles sus títulos de propiedad, pues temen ser expulsados un día de estos y perder con ello su único patrimonio.
«ahorita por el sol no vamos a encontrar peces»
Cuando la tarde está por caer, es tiempo de revisar las redes y recoger los peces atrapados en ellas; ha sido un buen día de pesca, los 15 kilogramos fueron vendidos a 40 pesos cada uno. La solidaridad entre vecinos es un gesto diario, ya que existe un trato en el cual, aprovechando que alguien va a revisar sus redes, también le echa el ojo a las del vecino; de regreso, al tocar tierra dan aviso y de lo que obtenga el vecino, este en un acto de grata reciprocidad obsequia una parte a quien ha hecho el favor.
Con la mirada fija y la seguridad de conocer su entorno, Lilí reconoce los nidos de cocodrilo y sabe dónde vive el más viejo de ellos, a decir por su gran tamaño y su docilidad a la hora de merodear la laguna en busca de alimento, no importándole romper las redes que estorban su camino por debajo del agua. Aunque varios cocodrilos han dañado las redes de Lilí en muchas ocasiones, habla de ellos con profundo respeto y cariño. A veces las crías de cocodrilo también quedan atrapadas accidentalmente en las redes y ella los ha liberado cuando ha tenido la oportunidad de hacerlo.
Con sumo cuidado, Lilí baja de su vieja barcaza, en el puente la esperaba su hijo mayor para acompañarla hasta su casa, entre plática y risas, ambos se difuminan en la esperanza del verde de La Sabana.
Chetumal es una ciudad que crece hacia los lugares poco adecuados de su geografía y con ello acarrea diversas problemáticas, entre ellas la terrible contaminación ambiental, la escasez de infraestructura para el bienestar de sus pobladores y el peligro que representa para la vida humana establecerse a orillas de una laguna.
Así pues, La Sabana, es un asentamiento humano donde se entretejen historias de lucha y trabajo arduo en la carrera por lograr una mejor calidad de vida.
«Vinieron a hacer estudios del agua y los peces, nos dijeron que todo estaba bien»
