Afortunadamente vivimos en un estado laico o por lo menos es lo que dice en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; cada quién tiene el derecho inalienable de creer en lo que se le pegue su regalada gana siempre y cuando no afecte a terceros ciudadanos o a un país entero.
No sería la primera vez que se asocia la brujería a una figura política o de poder, recuerden al terrible Rasputín, quien fue consejero del Zar Rusia, lo traigo a colación por lo del tema de Ucrania; pero cómo olvidar a ‘La Paca’ quien ayudó a esclarecer el caso priista y añejo del cuñado de Carlos Salinas de Gortari, Ruiz Massieu, muy sonado e inolvidable por aquellos tiempos. En contraposición, vimos a un presidente de la República mostrando sus escapularios protectores que, según él, la misma gente del pueblo mexicano le ha regalado. Por ahí hay un buen libro sobre Los Brujos del Poder en México, muy interesante, por cierto.
La nueva es que circulando una nota por ahí, donde relatan que Mara Lezama, la candidata de Morena está siendo embrujada por gente que la envidia y no quiere que llegue a la gubernatura; ¿estrategia electoral o un brujo desempleado buscando chamba? no pierdan de vista ese cuento, a veces jugar con las creencias de la gente para lograr un beneficio personal no tiene finales positivos.
Lo que es de pésimo gusto utilizar el sistema de creencias de la gente para salvar como siempre la ineficacia de las autoridades, ¿a qué brujo o vidente van a recurrir para encontrar a las personas desaparecidas? ¿Qué amuleto utilizaremos para protegernos del covid-19 o la viruela del mono? ¿Qué amuleto o escapulario nos va a alejar de los malos políticos y gobernantes?
