La abuelita de Santiago ha tenido que cambiar de ruta para poner a salvo a su nieto, ya que ella todos los días va por él al colegio; por su parte, doña Cecilia ya no pasa por ahí para cumplir con su rutina de ejercicios vespertinos, lo cual la mantiene saludable; los niños entusiasmados con el futbol han suspendido su entrenamiento hasta nuevo aviso. Ya nadie puede estacionarse ahí y desde luego es un riesgo también para los automovilistas. Eso sin contar que la temporada de huracanes ha comenzado ya para el Atlántico y el Caribe.
La ciudad de Cancún ha adolecido de áreas de esparcimiento familiar desde hace muchos años. El parque de la súper manzana 29, situada en las periferias del primer cuadro de la ciudad; antes de que fuera un parque con juegos, área de ejercicio y tres canchas de futbol, volibol y basquetbol respectivamente, fue un área verde donde los niños jugaban a atrapar mariposas y trepar árboles; cada determinado tiempo llegaba un pequeño circo a ofrecer entretenimiento a quienes viven ahí; y mucho antes de ello fue una zona de extracción de chicle y cementerio de chicleros caídos.
Hoy el parque de la 29 es un peligro para el sano esparcimiento de los vecinos, pues se encuentran dos postes de luz eléctrica colapsados, con cables de alta tensión colgando a la altura de un niño de tres años y sin señalética precautoria para los transeúntes.
“una mujer que estaba aprendiendo a manejar, que vive ahí en la calle ancha, esa que baja del cerrito del parque, según chocó y al caerse uno de los postes, jaló el otro; eso tiene poco más de 15 días que ya se reportó… la semana pasada vino comisión [CFE] y estuvieron como arreglando cables y se fueron; dicen los demás vecinos que están esperando a que la señora esa pague, pero mientras, eso es un peligro para los niños, para todos; pero para cobrar la luz están buenos, ahí no fallan, todos los vecinos estamos muy molestos”.
Hacemos un atento llamado a la Comisión Federal de Electricidad para que solucione este problema que pone en franco riesgo la integridad de la ciudadanía. No esperen a que una irreparable tragedia suceda para actuar, demuestren que son una empresa de clase mundial, tal cual se asumen en su publicidad.