Es un hecho que los derechos de los trabajadores sigue siendo un tema pendiente para procurar justicia, pues muchas empresas privadas, incluso instituciones públicas, aprovechándose de la necesidad de las personas, les ofrecen trabajo ya no digamos con prestaciones de ley sino las básicas; atentando contra los derechos humanos más elementales.
Quien sirviera por once años al SESA como chofer, actualmente se ve en la penosa necesidad de sobrevivir pidiendo limosna, ya que durante la pandemia, estuvo al pie del cañón llevando y trayendo vacunas para la gente de la zona rural de Quintana Roo.
Es inadmisible que, la dignidad humana sea pisoteada de esta manera cuando lo único que ha ofrecido es servir durante una emergencia que a todos nos sacudió y solo algunos tuvieron la valentía de continuar sirviendo, o qué, ya se les olvidó.
Hacemos un llamado a las autoridades para que den buen cauce a este caso y sí, por qué no, mejoren y vigilen la manera y condiciones de contratación de su personal.
Comunicadores Urbanos
