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El bolín, un alux acuático en los manglares

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Entre las raíces de los manglares y otros sistemas acuáticos de la península de Yucatán habita un singular pececillo de tan solo 5 cm de longitud, como guardián ancestral de las selvas subacuáticas, el bolín petota (Cyprinodon artifrons) es una especie que se alimenta de materia orgánica descompuesta (detritos).

Llegada la primavera y hasta en otoño, las hembras claramente diferenciadas de los machos gracias al dimorfismo sexual, desovan para iniciar el ciclo reproductivo. Cabe señalar que el bolín, se encuentra en la lista roja de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) bajo la categoría de “Preocupación menor” y cuya principal amenaza es la reducción de su hábitat debido a la tala de los manglares para la construcción de complejos hoteleros.

Lo más interesante de este pez es su importancia evolutiva, ya que es muy probable que sea el ancestro común de otras 6 especies del mismo género (Cyprinodon) que solo habitan en la laguna Chichankanab (endémicas), de la zona maya de José María Morelos, Quintana Roo. Esta laguna de agua dulce muy dura no tiene conexión al mar, pero imagina que hace miles de años era una laguna costera y que al retirarse el mar por las glaciaciones, una población de esta especie, quedó aislada y separada en la laguna, dando origen a las 6 especies que hoy vemos, más una que vive entre las raíces de los manglares en agua salada del litoral costero peninsular.

A este fenómeno se le conoce como radiación adaptativa o evolución explosiva, ocurre cuando una población común se va diferenciando entre sí porque se alimentan de diferentes fuentes, en sitios poco productivos como la laguna Chichankanab, evitando así la competencia por alimento que, con el paso del tiempo , dan origen a otras poblaciones diferentes. Este fenómeno pocas veces se puede comprobar en el medio natural, pues se tiene que recurrir a estudios genéticos; sin embargo, en la laguna Chichankanab tenemos un claro ejemplo de esto; una razón más para proteger y sentirnos orgullosos de la biodiversidad que existe en nuestro estado.

Comunicadores Urbanos

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