El descuido y la negligencia han llevado a la sabana de Chetumal a una crisis ambiental. La lechuguilla, una planta invasora que impide la correcta oxigenación del agua, amenaza con secar este precioso ecosistema.
A pesar de la urgencia de la situación, la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) sigue incumpliendo sus promesas.
En febrero de 2023, el procurador ambiental anunció que sería dentro de dos meses cuando comenzaría el retiro de la lechuguilla. Sin embargo, ese plazo ya ha transcurrido y la extracción no se ha llevado a cabo.
Esta inacción no sólo permite que la plaga de lechuguilla se propague, sino que pone en peligro la supervivencia de la sabana y de las especies que habitan en ella.
La advertencia del Colegio de Biólogos sobre las graves consecuencias de no limpiar este cuerpo de agua es un llamado urgente a la acción.
La proliferación de la lechuguilla está provocando la muerte de peces y otras especies acuáticas debido a la falta de oxigenación.
Además, la inacción podría llevar a que el cuerpo de agua se seque por completo, lo que sería una pérdida irreversible para el ecosistema local.
La salud de nuestro planeta y nuestra propia supervivencia dependen de acciones decididas y responsables por parte de las autoridades. Se necesita una acción inmediata para frenar la expansión de la lechuguilla y proteger la sabana de Chetumal.
Este es un llamado a la PPA para que cumpla con sus responsabilidades y tome medidas concretas y efectivas. El tiempo corre y la naturaleza no puede esperar más. Las políticas medioambientales deben ser implementadas con urgencia y diligencia, y no sólo quedarse en promesas vacías. El futuro de la sabana de Chetumal está en juego.
Comunicadores Urbanos