En pleno auge de la iniciativa de «IMSS Bienestar» en Quintana Roo, anunciada recientemente por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la realidad parece llevar una pesada carga de descontento y frustración entre los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chetumal. Las voces de quienes requieren atención médica denuncian falta de insumos, carencias en servicios médicos especializados y alarmantes deficiencias en el acceso a medicamentos. Esta problemática afecta a más de 15 pacientes que requieren de tratamientos de vital importancia como hemodiálisis, endoscopias urgentes, cirugías ortopédicas y estudios de imagen.
Las historias de estos pacientes son aterradoras. Imelda S. denuncia retrasos en las sesiones de hemodiálisis, afectando gravemente a aquellos que requieren de 1 a 3 sesiones semanales. Los retrasos, asegura, son a causa de la escasez de equipos y la falta de presencia del especialista correspondiente.
Por su parte, Karina P. relata cómo su familiar, que padece de varices digestivas, fue transferido en ambulancia desde Chetumal a Cancún, vomitando sangre durante el trayecto. A su llegada a la clínica privada subrogada, el servicio fue denegado por no cumplir los requisitos de ingreso. Fueron forzados a regresar a Chetumal, poniendo en un grave riesgo su vida, y recurrieron a pagar por el servicio particularmente.
Esta no es una situación aislada. Otros pacientes comparten experiencias similares, en las que, incluso, se les ha ofrecido servicios particulares por médicos institucionales del IMSS en Chetumal. El tiempo de espera para una asignación de fecha, actualmente, supera los 10 días, creando un ambiente de incertidumbre y desesperación entre los pacientes.
La pasividad de las autoridades es notable. Se acusa directamente de estas negligencias al Titular de la jefatura de servicios de prestaciones médicas, Gustavo Ignacio Prieto Torres, al Doctor Alejandro Corral Fonseca, Director del Hospital General Zona 1, y a Wilberth Gutiérrez, Subdirector del hospital, responsable de autorizar los traslados fuera del hospital.
Esta situación de negligencia, falta de atención médica y escasez de insumos se convierte en un juego peligroso cuando las vidas están en juego. La falta de acción y responsabilidad de los funcionarios del IMSS en Chetumal podría estar costando la vida de varios derechohabientes.
El temor de los pacientes y sus familias ha llegado al punto de considerar acciones de protesta más extremas. Entre los afectados hay pacientes discapacitados, cuya problemática es aún más grave.
En un país que lucha por garantizar el derecho a la salud para todos sus habitantes, es inadmisible e intolerable que los pacientes se vean obligados a luchar por sus vidas debido a la negligencia y falta de infraestructura de salud adecuada. Mientras los titulares de las noticias hablan del «IMSS Bienestar», los ciudadanos de Quintana Roo parecen vivir una realidad completamente diferente.
Es imperativo que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto, antes de que más vidas se vean afectadas.
Comunicadores Urbanos
