En una danza de cifras y porcentajes que no se quedan en la aburrida rutina de las finanzas, el peso mexicano nos sorprende con un giro inesperado. A pesar de un inicio de jornada que parecía tenerle condenado a un número rojo, este miércoles la moneda nacional borra las marcas de las pérdidas iniciales, jugando un interesante partido de tenis con el dólar estadounidense. ¿La raqueta mágica? Las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), que como un vidente de Wall Street, anunció que el desafío de la entidad para reducir la inflación «tiene un largo camino por recorrer».
En este juego cambiario, el peso se cotizaba en 17.1863 por dólar, avanzando con una ganancia de 0.10% frente al precio de referencia de Reuters del martes. Esto nos muestra que el peso no es tan tímido como pensábamos, y es capaz de moverse con cierta audacia en el tablero financiero global.
Poco antes del golpe maestro -la divulgación del testimonio de Powell preparado para su presentación al Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos- el peso, como un púgil antes del primer campanazo, llegó a ceder un 0.29%.
Pero no todo es campo de rosas. A nivel local, los inversionistas mexicanos, como un público ansioso en un partido de la liga, tienen su atención fijada en la próxima jugada: la decisión de política monetaria del Banco de México el jueves. ¿Qué nuevas jugadas nos mostrará el peso? ¿Logrará superar a su contrincante el dólar?
Por ahora, podemos decir que la moneda mexicana nos tiene en el filo de nuestras butacas. Acompáñenos en este emocionante viaje por el universo de la economía, donde, como puede verse, el peso y el dólar dan un espectáculo digno de una gran función. Porque en el escenario de la economía, como en la vida, no hay nada escrito. Y eso es lo que hace que valga la pena seguir cada movimiento de este baile de números.
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