Notable disminución en los niveles de contaminación en el río Sena durante las últimas dos décadas
A tan solo un año del inicio de los Juegos Olímpicos, la ciudad de París se encuentra inmersa en la etapa final de un monumental proceso de depuración que promete devolver a los nadadores y clavadistas al emblemático río Sena.
La práctica de la natación en este río, que durante un siglo fue vetada debido a la mala calidad de sus aguas, está a punto de convertirse en uno de los legados más significativos de los Juegos Olímpicos. Esto es posible gracias a un proyecto de regeneración con una inversión de 1.400 millones de euros (equivalente a US$1.600 millones), que ha sido universalmente reconocido como un triunfo medioambiental.
No sólo se tienen programados tres eventos olímpicos y paralímpicos en el Sena —el triatlón, el maratón de natación y el paratriatlón— sino que, además, para el año 2025 se prevé la apertura al público de tres zonas de natación al aire libre a lo largo de sus muelles.
Pierre Rabadan, el subalcalde de París encargado de los Juegos Olímpicos, predice un impacto significativo en la percepción de la gente. «Cuando la gente vea a los atletas competir en las aguas del Sena sin afectar su salud, se sentirán inspirados y seguros de regresar al río. Esa es la contribución que buscamos dejar para el futuro», señaló.
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