Un individuo, armado, irrumpió en el establecimiento y disparó en tres ocasiones contra la víctima: dos tiros en el abdomen y uno en la cabeza. El cuerpo sin vida quedó yaciendo cerca de la entrada del local.
El presunto asesino, descrito por los testigos como un individuo que portaba gafas y casco, huyó del lugar en un vehículo que tenía el motor encendido, donde le aguardaba un cómplice.
Tras el incidente, las autoridades activaron el «código rojo» y establecieron operativos en la zona para intentar localizar a los responsables. Hasta el momento, la identidad de la víctima permanece desconocida.
La principal hipótesis de investigación apunta a un ajuste de cuentas entre grupos delictivos. Los investigadores continúan recopilando evidencia y testimonios para esclarecer los hechos.
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