En el corazón de la colonia Pacto Obrero en Chetumal, Quintana Roo, se desarrolla una historia que trasciende las paredes de una vivienda y llega a tocar la conciencia colectiva de una sociedad. Una mujer de 54 años, en medio de una crisis mental, no solo enfrenta el rechazo y miedo de sus vecinos, sino también la desatención de un sistema de salud que parece estar ajeno a sus necesidades.
Durante tres semanas, la colonia ha sido testigo de los episodios de esta señora, quien bajo el efecto de su padecimiento, ha lanzado vasos de cristal hacia las casas aledañas, incluso portando cadenas y amenazando a transeúntes.
Pero, ¿es ella realmente la antagonista de esta historia? O, ¿es más bien víctima de un sistema que ha elegido mirar hacia otro lado?
Quintana Roo, con todo su esplendor turístico y belleza natural, tiene una asignatura pendiente: la atención a la salud mental.
Sorprende y descorazona constatar que en un estado tan próspero en muchos sentidos, no exista un centro especializado para atender a quienes luchan con enfermedades mentales. Resulta irónico y triste pensar que, como mencionan algunos residentes, parece que un perro tiene más derechos que un ciudadano en situación de crisis.
El papel de nuestros representantes no puede pasar desapercibido.
Mientras la atención se centra en temas políticos, estrategias de reelección y preferencias partidistas, la responsabilidad primordial -atender a la sociedad- se diluye. Es evidente que la falta de atención a la salud mental no es solo un problema de Chetumal o de la colonia Pacto Obrero, sino un reflejo de la desatención en el estado.
Es imperativo que como sociedad demandemos una respuesta, no solo para esta mujer, sino para todos aquellos que, en silencio, luchan día a día con problemas de salud mental. Es momento de exigir espacios de atención, de sensibilizar a la comunidad y de recordar a nuestros representantes que su función es servir al bienestar del pueblo, y no a intereses políticos pasajeros.
Que la situación de esta señora en Chetumal sea un llamado de atención para que, como sociedad y gobierno, trabajemos unidos en pro de la salud mental de Quintana Roo. Porque una sociedad que cuida de sus más vulnerables es una sociedad fuerte y unida.
Pregunta seria… ¿Conoce a sus diputados locales y federales?
Comunicadores Urbanos