En el corazón de Quintana Roo, la ciudad de Chetumal se enfrenta a una situación médica alarmante. La unidad de atención del ISSSTE, un eslabón vital en la cadena de salud para los habitantes, sufre un déficit crítico de especialistas médicos. Este no es un fenómeno aislado; es un eco de una crisis nacional que resuena con especial fuerza en este rincón del país.
La subdelegación médica del ISSSTE en Chetumal, guiada por Martín Perales Martínez, ha revelado una lista de ausencias que pesan en el balance de la salud local: radiólogos, oftalmólogos, internistas, y nefrólogos. Tres especialistas son el mínimo que el hospital requiere para funcionar a su capacidad básica, pero las plazas permanecen vacantes, como habitaciones esperando ser llenadas con la esperanza de cura y cuidado.
Perales Martínez argumenta que, contrario a lo que pudiera pensarse, los salarios no son el obstáculo. Las remuneraciones se ajustan a los estándares, pero el problema radica en la demanda nacional: hay más vacantes que candidatos. Mientras tanto, los pacientes de nefrología, por ejemplo, navegan en un mar de incertidumbre, solo ocasionalmente atendidos por un especialista sin horario fijo ni remuneración regular.
Detrás de los números y las estadísticas hay rostros, hay personas. Pacientes cuyas vidas se ven afectadas por la carencia de especialistas. Relatos de citas postergadas, diagnósticos en pausa, y tratamientos incompletos pintan un cuadro de desesperanza que urge ser cambiado.
Frente a esta crítica escasez, la respuesta de las autoridades ha sido tímida o inexistente. El silencio administrativo se convierte en un grito para aquellos en las salas de espera, un grito que pide acciones concretas y soluciones inmediatas.
El déficit de especialistas en el ISSSTE de Chetumal no es solo un desafío logístico; es un reflejo de un sistema de salud que necesita una revaluación profunda. Las soluciones requerirán más que ajustes superficiales; necesitarán una reinvención de políticas, un rediseño de incentivos y, sobre todo, una nueva visión que ponga la salud del individuo en el centro de la planificación médica. Los pacientes de Chetumal y del país merecen no solo especialistas en sus hospitales, sino también especial atención a sus necesidades más fundamentales: su salud y bienestar.
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