La salud es indispensable para realizar nuestra vida cotidiana, sin ella, a veces hasta la esperanza se pierde, sin embargo, hoy en día los avances en materia de medicina son esa luz al final del túnel.
A pesar de que la salud es un derecho humano que incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente o así debería ser según la OMS, la constitución mexicana, la CNDH y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, vemos que la realidad no coincide precisamente con ese espíritu y que, por el contrario, vamos de mal en peor.
Lo que es más desalentador, es que la capital de un Estado como Quintana Roo, no tenga a disposición de los ciudadanos, un sistema de salud pública decente y todo dependa de clínicas privadas que no todos pueden costear, hospitales de otros estados que representan el traslado del paciente y cuyo costo de operación dejan a la economía familiar severamente golpeada.
En redes se observa que médicos especialistas ofrecen sus servicios profesionales con fechas establecidas para dar atención en Chetumal, desde luego, para quienes puedan pagar. No olvidemos la falta de equipamiento para realizar hemodiálisis a los enfermos de los riñones, el tema de las convocatorias gubernamentales que se emiten para reclutar a médicos de especialidades como los nefrólogos, dedicados específicamente a las enfermedades y tratamiento de los riñones; recordemos que las convocatorias se declararon desiertas y con eso ya se lavaron las manos con el “no quieren venir a trabajar”, cuando habría que revisar las condiciones que ofrecen a los médicos especialistas; sin embargo no falta el profesional de la salud que emprende y decide voltear hacia un nicho de mercado donde se adolece de atención médica en su especialidad.
El tema de salud en México sigue siendo un pendiente que se ha tratado de paliar con las caravanas de la salud, donde la atención médica no abarca las especialidades que mucha gente necesita, la mayoría está enfocado en la prevención y detección oportuna de los padecimientos, proveer algunos medicamentos y tratamientos. Atención insuficiente si hablamos de salud integral.
A estas alturas, decretar una reforma o ley que otorgue el derecho inalienable a la salud a todos los mexicanos sin distinción, auspiciados por instituciones públicas como el IMSS Bienestar, en donde las notas de todos los días son casos de negligencia, falta de medicamentos, mala atención del personal, falta de equipos, infraestructura arruinada y para el colmo falta de médicos; con perdón de la palabra, amable lector, es una mentada de madre.
Ojalá y esa bella utopía de la salud universal no nos cueste la vida o por lo menos nos alcance para ver a un México caminando hacia adelante.