Docentes de la Universidad del caribe de Cancún, no dudaron en darle la última lección a sus alumnos destacados después de trabajar en su proyecto de tesis y utilizar los resultados en una publicación científica sin siquiera mencionar el crédito correspondiente.
Decepcionante lección recibió Beatriz Tavera, Jason Strevel y Pablo Ortega, quienes, movidos por su sed de conocimiento, trabajaron incansablemente en su proyecto de tesis para enorgullecer a su alma mater, a sus compañeros y sobre todo a su familia; quienes al final fueron el soporte y respaldo para que concluyeran a bien con sus estudios.
Quizá la Dr. Jéssica Borbolla, el Dr. Eugenio Guerrero y el Dr. Eduardo Cejudo no recuerdan como llegaron a ocupar el puesto en el que se encuentran en estos momentos, o quizá porque han sido absorbidos por el ambiente corrupto que es sabido por todos, existe en las instituciones públicas del país, lo académico tampoco se salva.
Se ha normalizado apagar el espíritu científico de la juventud de este país a través de este tipo de “detalles”, pretextos hay muchos para justificar lo injustificable, desde las tramposas leyes que rigen este país, los reglamentos que rigen las instituciones públicas de educación superior y desde luego, quedarnos callados, esperando aplicársela a quienes vienen detrás de nosotros en ese azaroso camino.
Indignante es ver, como estas acciones de quienes cultivan el conocimiento permiten que la corrupción pudra desde la raíz, la posibilidad de generar los cambios que necesitamos en el Estado y desde luego en el país. Al parecer, el puesto le quedó muy grande a la rectora Marisol Vanegas, después de estar en la Sedetur durante la administración joaquinista, ¿qué podíamos esperar?, un total desorden en la institución que representa, probablemente está más preocupada en llenar sus bolsillos.
