Una abuela de la cercana localidad de Calderitas, nos contó que ella nació en los 50’s, al ser la mayor de las mujeres de un total de 12 hijos más tres fallecidos y otros tantos abortados espontáneamente por su madre; recordaba que a ella le asignaron la tarea de cuidar de sus hermanos menores y su hermano mayor. Le tocaba lavar la ropa de todos, incluida la de ella, comenta que le molestaba sobremanera ver a su mamá de nuevo encinta, porque ya sabía lo qué le esperaba…
Con el tiempo, se casó y tuvo a su cuidado un esposo, tres hijos y un par de mascotas, corrían los años 80’s; trató a toda costa de que sus hijos fueran independientes, lo logró. Los hijos se casaron, los nietos llegaron y cuidó a todos mientras sus hijos, nueras y yernos trabajaban. A sus casi 70 años piensa que es justo que le paguen a las abuelas por cuidar a sus nietos, lástima que ella ya no cuidará a más, dice que ahora sí se podrá dedicar al 100% a su única pasión, lo que más ama hacer: costurar.
La semana pasada, una propuesta levantó ámpula en algunos sectores de la población, que si la tranza que había en las estancias, la corrupción; que si fue un asunto de género el comentario del Presidente de la República; que cada quién decidirá libremente a quién le da sus 1,600 pesos bimestrales, si al familiar o la estancia, mejorando con dicha medida la oferta de servicios, etc.
Este grupo de Comunicadores Urbanos lanzó una encuesta con un total de 781 participantes, de los cuales el 58% prefieren que sea algún familiar quien cuide de sus hijos y el 42% prefiere una estancia infantil.
Hasta dónde llega nuestra desfachatez cuando ni siquiera nos cuestionamos la situación de muchas personas adultos mayores, en realidad creemos que están en la situación de elegir hacerse cargo de los nietos a cambio de remuneración o no cuando todo el sistema social y económico dicta las reglas de un juego perverso, en donde se perpetua el lugar y deber ser de cada persona. A ver, cuantos de esos adultos mayores seguirán cuidando a sus nietos aunque los padres de ellos no estén en una nómina de gobierno o empresarial o peor aún, le den otro uso al dinero que les de gobierno. Realmente los padres confiarán el cuidado de sus retoños a “conocidos”, “amigos”, “familiares” cuando los índices de abuso sexual a menores se da en estos contextos.
No cabe duda de que será un buen experimento social para los mexicanos, a ver qué tan buenos son para conducirse con honorabilidad ante sí mismos y su familia; es una buena oportunidad para demostrarnos que no podemos seguir cimentando las bases de nuestro país en un paternalismo malsano.
Perdimos la brújula hace mucho tiempo y esto es consecuencia de ello, ahora se busca desesperadamente quien cuide a los niños mientras se trabaja de sol a sol como esclavos para llevar el pan al hogar; en lugar de exigir la reducción de jornadas laborales y salarios más dignos, que den más tiempo de que sean los propios padres y/o madres quienes se hagan cargo del cuidado de sus hijos; esto es más un asunto de recomposición del tejido social y hay que empezar por la familia.