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RECORDAMOS EL PASO DEL HURACÁN GILBERTO CATEGORÍA 5(14 de septiembre de 1988)
Tenía ocho años de edad, cuando un día, llegó mi papá de Mérida muy apurado con una enorme lata de galletas de soda Dondé; se había ido de comisión a trabajar. En casa empezaron a alejar los muebles de los ventanales, mis hermanos y yo no entendíamos qué pasaba, nadie nos decía; llenaron muchas cubetas y todos los recipientes disponibles con agua potable, barrieron la calle y podaron algunos de los árboles, amarraron la tapa de los tinacos, los tanques de gas los cerraron, bajaron algunos tiliches del techo y mi papá nos dijo que todos permaneceríamos en su recámara porque era la más segura de la casa.
El cielo pasó de un precioso azul a un gris oscuro, en ratitos lloviznaba y soplaba el viento con más fuerza de lo normal. La luz se fue y de repente empezamos a escuchar rugidos afuera, como si una bestia quisiera entrar a la casa arañando las puertas. Con el pretexto de ir al baño, me asomaba a la ventana y veía como los árboles eran sacudidos y volaban objetos; el agua empezaba a entrar por los resquicios.
Cuando hubo pasado, salieron todos los vecinos de sus casas a limpiar lo que podían, a quitar basura de las coladeras; como ratones asustados, los niños salimos a ver qué había pasado… nos entristeció que nuestro árbol de juegos estaba tendido en la calle con sus raíces expuestas; el gran ficus había colapsado.
Ese día cenamos a la luz de las velas en familia, había mucho calor y lo peor estaba por venir, nos quedamos sin agua, los alimentos escasearon un poco y para todo eran inmensas filas para racionar el agua, quince días sin luz eléctrica, sin clases. El primer fin de semana, fuimos al puerto y vimos un barco pesquero entre el manglar, mucha destrucción y fue ahí, cuando supimos lo que pasó.
El huracán Gilberto había azotado las costas de los estados de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, causando la muerte de por lo menos 250 personas, y cerca de 150 mil damnificados, así como pérdidas por 750 millones de dólares. El huracán del siglo XX, categoría 5, pasó sin piedad sobre Cozumel, Playa del Carmen, X-can, y Chemax, manteniendo su misma categoría hasta 85 kilómetros tierra adentro.
Fue hasta las 15:30 horas, que disminuyó su intensidad a categoría 4 durante su paso por Tizimín. Abandonó Yucatán cerca de las 19:00 horas, dejando a su paso cerca de 35 mil damnificados, 60,000 viviendas destruidas y daños de por más de 1 millón de dólares.
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