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Las Cifras de la Muerte en México
El INEGI ha dado a conocer las cifras preliminares de mortalidad para el primer semestre de 2024, y los resultados son alarmantes. Con 417 mil defunciones registradas, un aumento del 3.1% respecto al mismo periodo de 2023, el panorama de salud y seguridad en el país deja mucho que desear. Más allá de los números, estas cifras revelan fallas profundas en los sistemas de salud, seguridad y bienestar que afectan a millones de mexicanos.
Las enfermedades del corazón encabezan la lista de causas de muerte con 100,401 casos, consolidándose como el principal problema de salud pública en México. Este dato no es solo una cuestión médica, sino social. La falta de acceso a servicios preventivos, tratamientos adecuados y una alimentación balanceada agravan una situación que podría evitarse con políticas públicas más efectivas.
Le siguen la diabetes mellitus y los tumores malignos, enfermedades que reflejan no solo carencias en el sistema de salud también económicas que enfrentan los mexicanos. Estas condiciones no solo afectan a quienes las padecen, sino también a sus familias, que a menudo deben cargar con los costos económicos y emocionales de un sistema insuficiente.
Entre las causas de muerte, los homicidios ocupan el octavo lugar, con 15,243 casos en solo seis meses. Este dato debería alarmarnos a todos, ya que revela no solo el alcance de la violencia en el país, sino también la falta de estrategias efectivas para contenerla.
El uso de armas de fuego sigue siendo el método más común en estos crímenes, destacando la urgencia de abordar el tráfico de armas y la impunidad que facilita su proliferación. La violencia no solo destruye vidas; desgarra comunidades y perpetúa un ciclo de inseguridad que parece no tener fin.
Quintana Roo, también enfrenta una dura realidad. Con una tasa de mortalidad de 371 por cada 100 mil habitantes.
Aunque es un motor económico gracias al turismo, Quintana Roo enfrenta retos importantes en infraestructura médica y seguridad pública. La desconexión entre el desarrollo turístico y las necesidades de sus habitantes muestra que la riqueza generada no siempre se traduce en bienestar social.
Los datos del INEGI no pueden quedarse en un archivo más. Son un diagnóstico que exige acción inmediata. El gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, tiene la responsabilidad de implementar políticas que no solo ataquen los síntomas, sino también las raíces de estas problemáticas.
La prevención debe ser la prioridad, ya sea en salud o en seguridad. Se necesitan campañas de educación, acceso a servicios médicos de calidad, control del tráfico de armas y oportunidades para los jóvenes. No es suficiente reaccionar; hay que anticiparse a los problemas antes de que se conviertan en tragedias.
El informe del INEGI es un recordatorio de que el bienestar de un país no se mide solo en términos económicos o de desarrollo. La verdadera fortaleza de una nación está en su capacidad para garantizar la salud, la seguridad y el bienestar de su gente.
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